El estilo de vida tienen un impacto directo en nuestra salud, fundamentalmente en la generación, o no, de obesidad. Para ello hablaremos de la dieta y el ejercicio físico.
En relación a la dieta
Primeramente, la dieta, que constituye un aspecto importante, pues cuando hay un desbalance mantenido de ella, suelen haber consecuencias negativas para la salud.
Influencia de la dieta hipercalórica. Rica en azúcares y ácidos grasos
Por ejemplo, una dieta hipercalórica (con altos niveles de carbohidratos y lípidos) va a contribuir enormemente a que se genere, en nuestro organismo, un excedente de energía, la cual es almacenada en forma de grasa en nuestros adipocitos. Lo anterior se traduce en un aumento del panículo adiposo que, mientras mayor y más prolongado sea el consumo de comidas de tal naturaleza, más rápido se alcanza la obesidad.
Dieta balanceada, ¿en qué consiste la dieta ideal?
Para que una dieta sea balanceada, debe contener una cantidad razonable de proteínas, carbohidratos y lípidos en razón a nuestros requerimientos como seres humanos. Como regla general, una persona sana debe consumir diariamente entre 0,8 y 1,5 gramos de proteínas por kg de peso; de 3 a 5 gramos de carbohidratos por kilogramo de peso, equivale a media taza de arroz para un peso de 60kg, por ejemplo; por útlimo, de 40 a 60 gramos de grasas saludables por día, lo cual se traduce, por ejemplo, a 2 cucharadas de aceite de oliva, más una porción de palta (aguacate) y la grasa que contiene, naturalmente, la carne.
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Dieta hipocalórica como tratamiento para la obesidad
Incluso, la dieta puede convertirse en tratamiento para la obesidad. Si sometemos a un organismo con sobrepeso a una dieta hipocalórica (con déficit de nutrientes, fundamentalmente de carbohidratos y lípidos), obligamos al cuerpo a utilizar las reservas almacenadas en el panículo adiposo para sostener la producción de energía diaria, por tanto, el individuo pierde peso.
En relación a la actividad física
Además de la dieta, la actividad física desempeña un rol importantísimo en la salud.
Consecuencias del sedentarismo: aumento de lípidos sanguíneos que conllevan a patologías cardiovasculares
El sedentarismo es el estilo de vida de quien realiza escasa o insuficiente actividad física o deportiva. El sedentarismo es considerado la enfermedad de siglo debido a los modos de vida modernos en nuestras sociedades.
Una vida sedentaria va a contribuir a que los niveles de lípidos sanguíneos, como colesterol y triglicéridos, vayan en aumento. En consecuencia, se generan placas de ateroma en las arterias, que dificultan el flujo sanguíneo y elevan el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.
La actividad física: prevención de las consecuencias cardiovasculares de la obesidad
Asimismo, mantener una rutina diaria de ejercicios físicos, no solo regula los lípidos sanguíneos al movilizarlos para la producción de energía, sino que fortalece la musculatura cardiovascular, reduciendo, considerablemente, las probabilidades de padecer miocardiopatías agudas y, en caso de padecerlas, aumenta la probabilidad de sobrevivir a ellas o padecerlas con menos complicaciones.
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